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Durante nuestra evolución como especie, los humanos hemos puesto particular interés en el espacio y las condiciones para nuestro descanso. La historia de los colchones, como elementos vinculados a la cama, se inicia en la era de las cavernas. Y su evolución es una permanente búsqueda por lograr el mayor confort mediante el uso de los materiales más adecuados.

Historia de los colchones desde la prehistoria hasta las primeras grandes civilizaciones

Es muy probable que los grandes simios que habitaron en África, Asia y el Sur de Europa durante el Mioceno (de 23 a 5 millones de años atrás), inventaran las primeras camas. Para crear estos rudimentarios espacios empleaban material vegetal para formar un relleno sobre el que pudieran dormir. De esta manera, podían reducir la incomodidad producida por la dureza de las piedras o el suelo. Investigadores sugieren que tal mejora en la calidad del sueño permitió a estos primates desarrollar una mejor función cognitiva, lo que a su vez favoreció la evolución de la especie humana.

Sin embargo, en la cueva de Sibudu, en KwaZulu-Natal, Sudáfrica, investigadores encontraron el que, hasta ahora, podría ser el primer colchón propiamente dicho. En este yacimiento arqueológico habitado entre 77.000 y 38.000 años atrás, había una “cama” integrada por capas de material vegetal, cubierta por hojas y hierbas que hacían de lecho. Ciertamente, era un poco más delgado que la mayoría de colchones actuales. Sus dimensiones eran muy llamativas. Tenía cerca de 30 centímetros de alto, pero abarcaba un espacio de 6 metros cuadrados.

Un gran salto en la historia de los colchones nos lleva alrededor del año 3000 a.C. De forma simultánea, por esta época, en el Antiguo Egipto y en la actual Escocia surgieron interesantes antecedentes de los colchones contemporáneos. Los egipcios ya hacían sus camas de madera y las separaban del suelo, lo que supone un avance y una defensa ante los insectos. Por su parte, los escoceses elaboraban camas de piedra sobre las que disponían colchones que, según se cree, eran de lana.

Desde los  persas hasta el clasicismo greco-romano en la historia de los colchones

Todavía no hay claridad si fue hacia el 3600 o el 1600 a.C. Lo cierto es que en esa época los antiguos persas desarrollaron lo que, suponemos, es la primera cama de agua inventada. Esta genialidad consistía en llenar pieles de cabra con dicho líquido. Ellos las calentaban al sol y, posteriormente, las llevaban al interior de sus casas. No obstante, algunas evidencias hacen pensar que estas camas no eran usadas por la mayoría, sino por ancianos y enfermos, principalmente. Sin duda, es un hito importante en la historia de los colchones.

Más tarde, en el llamado período clásico, entre el 1000 a.C. y el siglo IV de nuestra era, quienes integraban las clases más privilegiadas de Grecia y Roma dormían en camas de metal provistas de colchones cuyo relleno era de paja, lana o plumas. Para los romanos, este lujo se manifestó hacia el final del período conocido como la República. Antes de esto rellenaban sus colchones con cañas y heno. 

Quienes pertenecían a las clases inferiores tenían acceso a camas de madera, mientras que los más pobres se conformaban con un colchón en el suelo.

La historia de los colchones desde el medioevo hasta el siglo XVII

Durante la Edad Media no cambiaron mucho las cosas respecto al colchón en sí mismo, sino en las estructuras y ornamentos de las camas. En la Europa de aquella época, surgieron las camas con dosel. Esto permitía a los señores feudales, comerciantes, reyes y altos funcionarios presumir de su riqueza con diseños tallados en las cabeceras de sus camas. El relleno de los colchones consistía en suaves plumas, pero quienes no disponían de muchos recursos los rellenaban con heno y los montaban en simples plataformas de madera.

Estas condiciones se mantuvieron casi inalterables en el Renacimiento, del siglo XV al XVII. Los colchones se rellenaban con plumas, paja o vainas de guisantes metidos en un un saco elaborado con un material tosco pero resistente, llamado «tick». Solo las personas con poder económico podían mandar a confeccionar las fundas de sus colchones con materiales más delicados, como la seda, el terciopelo o el brocado.

En los siglos XVI y XVII, la construcción de una cama incluía un marco de madera con soportes de cuerda o cuero, y con mucha frecuencia, las cuerdas debían ser tensadas para corregir el hundimiento del colchón. 

Importantes cambios en la historia de los colchones entre los siglos XVIII y XIX 

En el siglo XVIII, en el que se registraron importantes mejoras en los materiales para el relleno de los colchones. A los efectos, comenzaron a usarse la fibra de coco, la lana, el algodón y las crines de caballo como relleno. Estos evitaban la atracción de insectos y alimañas. Para entonces, las telas de algodón y lino ya se empleaban para confeccionar las fundas de los colchones. Además, se añadían botones o mechones para mantener la funda cerrada.

A mediados del siglo XIX, específicamente en 1865, es patentado el muelle helicoidal y seis años después, el alemán Heinrich Westphal inventa el primer colchón de muelles internos. Otro evento significativo es la venta del primer concepto moderno de la cama de agua por la firma británica Harrods en 1895. 

La configuración actual de los colchones

Con el siglo XX, el descubrimiento de nuevos materiales permiten la evolución de los colchones con la configuración que conocemos hoy. A continuación, resumimos algunos hitos importantes:

  • En la década de 1920, el escocés John Boyd Dunlop crea el primer colchón de látex, elaborado a partir de una sustancia similar a la savia extraída del árbol de caucho. Tiempo después, la familia Talalay modificó el proceso de producción de estos colchones, para hacerlos más transpirables y duraderos. 
  • Al fin, en los años 30, el colchón de muelles creado por  Westphal en 1871 ganó una popularidad notable. Con este, cambiaría definitivamente la historia de los colchones.
  • A principios de los 90s, la empresa Tempur–Pedic  empezó a utilizar la espuma con memoria para elaborar colchones, logrando un éxito rotundo. 
  • Los colchones híbridos son relativamente nuevos. Los fabricantes empezaron a combinar materiales para crear híbridos como los colchones de  látex y muelles, de espuma y látex, etc.

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