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Si te decimos que, como casi todos los seres humanos, pasarás un tercio de tu vida durmiendo o descansando, probablemente te sorprenderá. Y te preguntarás: “¿Entonces, por qué me siento tan cansado siempre?”. En gran parte, este problema puede deberse a que no adoptas la postura para dormir que más te conviene.  

Durante las horas que dedicas al sueño, tu cuerpo realiza un proceso de autorestauración y reparación. Sin embargo, la posición en la que duermes favorece o dificulta dicho proceso. Por esta razón es indispensable elegir la postura que apoye la recuperación física de tu cuerpo. 

En efecto, cuando hablamos de elegir, entendemos que existen varias posiciones para este propósito. En la mayoría de los casos, la que tenemos actualmente la hemos adquirido por costumbre. Pero eso no quiere decir que sea la más adecuada para nuestro caso. 

Sigue leyendo para que sepas cuál es la postura para dormir que mejor te sienta.

¿Existe una única postura para dormir bien?

En teoría, la mejor postura para dormir es aquella que permite a la columna vertebral alinearse de manera saludable desde las caderas hasta la cabeza. Aunque esto depende en buena parte de tu estado de salud y de cómo te sientas más cómodo. En este sentido, hay dos posiciones que los especialistas consideran las más saludables: dormir apoyado en la espalda y de lado. Con ambas, es más factible lograr un soporte equilibrado de la columna vertebral, lo que alivia la presión sobre los tejidos de la misma, facilitando la relajación y recuperación de los músculos.

¿Quiere decir esto que si duermes boca abajo, apoyado en tu abdomen, estás practicando una mala postura? ¡Pues no! Si así te sientes más cómodo, no necesitas cambiar tu postura para dormir. Aún así, te recomendamos utilizar un colchón y una almohada apropiados con la finalidad de lograr una conveniente alineación de la columna vertebral y disminuir el riesgo de dolor.

A decir verdad las diversas maneras de acomodar el cuerpo para dormir proporcionan varios beneficios. Particularmente si tienes alguna condición de salud, como: dolor de espalda, alergias y reflujo ácido; o bien, si estás embarazada. ¿Quieres conocer tales ventajas? ¡Vamos a ello!

Acostarse de lado, la postura para dormir más común

Un estudio transversal, publicado en 2017, que incluyó datos de una población trabajadora compuesta por 363 hombres y 301 mujeres que participaron en la Cohorte Danesa de Actividad Física con Medidas Objetivas, suministró datos reveladores. Aunque parezca sorprendente, más del 60% de los individuos de la muestra duermen de lado. Asimismo, los hombres duran más tiempo en esta posición cada noche que las mujeres. 

En esta misma línea, se ha comprobado que durante la niñez asumimos distintas posturas para dormir por igual. No obstante, al alcanzar la edad adulta surge una tendencia mayoritaria a dormir de lado. Debemos tener en cuenta que, a medida que envejecemos, disminuye la flexibilidad de la columna vertebral, por lo que acostarse de costado resulta más cómodo para las personas mayores. Pero esta postura para dormir ofrece otros beneficios:

  • Facilita una alineación saludable de la columna vertebral. De hecho, es la posición con menos probabilidades de causar dolor de espalda; en particular si usas almohadas para apoyarte. Por igual, alivia los dolores lumbares y de cuello.
  • Reduce el reflujo gástrico y los ronquidos.

Es la mejor postura durante el embarazo 

Al respecto, los especialistas recomiendan a las embarazadas dormir de lado con las rodillas dobladas. Dormir de lado disminuye la presión del vientre en crecimiento. Esto facilita al corazón el bombeo de sangre y que esta circule con fluidez por todo el cuerpo. En concreto, se aconseja el apoyo en el lado izquierdo para evitar la presión sobre el hígado y permitir el flujo sanguíneo permanente hacia el feto, el útero, los riñones y el corazón.

Si quieres aliviar la presión sobre la cadera izquierda, cámbiate de vez en cuando al lado derecho. También, al asumir la postura para dormir de costado estando embarazada, puedes colocar almohadas bajo el vientre, entre las piernas y en la parte baja de la espalda para aliviar la tensión.

Boca arriba, la segunda postura para dormir más común

Se ha demostrado que dormir boca arriba facilita la correcta alineación de la columna vertebral y la distribución uniforme del peso corporal. Asimismo, acostarse sobre la espalda es la mejor posición para evitar el dolor de cuello, pues previene la eventual desalineación que puede ocurrir al acostarse de costado o boca abajo. Para este caso, puedes usar una almohada que sujete el cuello y dejar que la cabeza se hunda más. Por supuesto que las almohadas de espuma con memoria o con hendiduras para la cabeza también son recomendables.

Si tu postura para dormir favorita es sobre la espalda, te sugerimos mantener los brazos en paralelo de lado y lado. Por lo general, muchas personas colocan una de sus manos debajo o encima de la cabeza, lo que provoca un desnivel en la columna vertebral que puede derivar en dolor de cuello y hombros.

Por otro lado, dormir boca arriba es beneficioso en caso de congestión nasal. Cuando tengas alergia o la nariz tapada, es aconsejable usar almohadas que apoyen la parte superior de la espalda, de manera que la misma esté lo más vertical posible, sin colapsar la columna vertebral. Esta posición permite que las vías respiratorias permanezcan abiertas, facilitando el drenaje de la nariz. 

Por si fuera poco, dormir boca arriba es beneficioso para la piel de la cara. De hecho, al estar en esta posición, no hay una almohada o colchón que presione tu rostro, evitando la aparición de arrugas.

Dormir boca abajo, la postura para dormir menos popular

Ciertamente, algunos estudios revelan que menos del 10% de la noche la pasamos durmiendo apoyados en el abdomen. Entre las pocas ventajas de esta postura para dormir destaca el evitar los molestos ronquidos durante el sueño. Esto es posible porque facilita la apertura de las vías respiratorias. Paradójicamente, para respirar en esta posición, las costillas deben moverse en contra de la gravedad, lo que obliga a utilizar más energía. En consecuencia, el sueño será poco reparador. Quienes sufren de dolores de espalda y cuello y, obviamente, las mujeres embarazadas deben evitar esta posición.

Sin duda, dormir boca abajo no ofrece ningún apoyo a tu espalda, lo que incrementa la presión sobre tu columna vertebral. Entonces, no debe extrañarte despertar dolorido. Invariablemente, para dormir apoyado en tu abdomen, debes orientar la cabeza hacia un lado u otro, lo que obliga a torcer el cuello y la cabeza, dejándolos fuera de la alineación con respecto a la columna vertebral. Peor aún, si el colchón carece de firmeza, el abdomen y las caderas se hundirán en el mismo, causando más desalineación en la columna. Con el tiempo, esta última se verá muy afectada si estás acostumbrado a adoptar esta postura para dormir, ya que es evidentemente asimétrica.

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